La uveítis sifilítica, originada por el Treponema pallidum, ha experimentado en los últimos años una preocupante coexistencia con la infección por VIH. Se ha observado que esta coinfección tiene una prevalencia significativa en hombres, especialmente durante la quinta década de vida. Identificar prontamente esta asociación resulta crucial debido a similitudes en las vías de transmisión y riesgos epidemiológicos. Presentamos el caso de un paciente masculino de 56 años con VIH, referido por posible neuritis óptica, que experimentó una pérdida progresiva de la visión en ambos ojos. Los hallazgos revelaron uveítis intermedia en ambos ojos, vitreítis y resultados positivos en las pruebas serológicas para sífilis y VIH. La administración de penicilina cristalina intravenosa condujo a mejoras significativas en la agudeza visual. El resurgimiento de casos de sífilis en las últimas décadas subraya la importancia de comprender sus manifestaciones oculares. La uveítis sifilítica, en especial la que afecta la capa media del ojo, puede presentarse en diversas formas, siendo la uveítis anterior la más común. El diagnóstico de sífilis ocular implica pruebas específicas como EIA, TPHA, FTA-ABS, VDRL y RPR. La penicilina cristalina intravenosa se erige como el tratamiento estándar, aunque se consideran alternativas para pacientes alérgicos a la penicilina. Además, se analiza el uso de esteroides sistémicos en casos seleccionados. El aumento de la sífilis y su conexión con el VIH plantean desafíos en el diagnóstico y tratamiento oportuno. La educación sobre estas enfermedades se vuelve esencial. La sífilis ocular demanda un enfoque multidisciplinario para prevenir daños irreversibles en la visión.
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